sábado, 20 de junio de 2020

Un estudio confirma la utilidad de los corticoides contra la covid-19 y descarta la de los antivirales

Sanidad elabora una lista de fármacos esenciales para asegurar sus existencias durante la pandemia
El uso de corticoesteroides a partir de la primera semana de hospitalización reduce la mortalidad por covid hasta en un 50%; los antivirales (lopinavir y ritonavir) no se asocian a una mayor supervivencia. Estas dos conclusiones delimitan los resultados de un estudio llevado a cabo por miembros de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Jesús Sierra, coordinador del Registro Español de Resultados de la Farmacoterapia frente a covid-19 de la SEFH, explica que se trata de un trabajo observacional, es decir, ellos no han orientado a los médicos para que hagan nada, sino que han recogido lo que pasaba en el día a día de 174 hospitales. Eso sí, esperan que sirva para establecer hipótesis de tratamiento y en ensayos ya de doble ciego (con un grupo de voluntarios tomando el medicamento y otros el placebo).

Este primer trabajo, que ha sido enviado para su publicación a la revista Annals of Internal Medicine, ha seguido la evolución de 5.386 pacientes que han completado su tratamiento. Ello lo convierte en uno de los mayores trabajos sobre covid hasta el momento. En ellos, todos con una enfermedad lo suficientemente grave como para requerir hospitalización, la mortalidad a los 28 días ha sido del 17,8%.

El estudio concluye que el uso de corticoesteroides (entre ellos la dexametasona, pero también la metilprednisolona, el urbasón) aumenta un 50% las probabilidades de supervivencia, pero si se da a partir de la primera semana de hospitalización. Aunque el trabajo solo busca las relaciones significativas estadísticamente, su coordinador explica que, de hecho, en España se ha usado mucho más la metilprednisolona, y que ellos no han visto diferencia entre unos corticoides y otros. Admite que en muchos casos estos inmunosupresores se han empleado desde el primer día, y que solo en un 6% de los casos se ha pautado a partir de la primera semana de ingreso, que es cuando la infección suele agravarse con un fuerte aumento del proceso inflamatorio, que es para lo que están indicados.

El trabajo también recoge un efecto protector similar del tocilizumab, un fármaco biológico dirigido específicamente a las citoquinas, explica Sierra, que son las moléculas involucradas en los procesos inflamatorios graves y descontrolados que se han vendo a llamar tormentas de citoquinas.

Estos tres medicamentos –dexametasona, metilprednisolona y tocilizumab–, junto a la anakinra, la ciclosporina y el salirumab, forman parte del conjunto de inmunorreguladores que figuran en una disposición publicada este sábado en el BOE, que los considera esenciales para la lucha contra la epidemia. Ello obliga a las comunidades a notificar semanalmente sus existencias, para asegurar su suministro. "Curiosamente, no conozco que se haya utilizado ciclosporina", dice Sierra.

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