miércoles, 10 de junio de 2020

Madrid elaboró un protocolo para no derivar al hospital a pacientes domiciliarios

El documento recomienda "priorizar la asistencia" y atender en sus casas a los pacientes de covid-19 mayores de 80 años con enfermedad terminal, frágiles o con demencia moderada o grave
La Comunidad de Madrid no solo envió protocolos a los hospitales sobre en qué casos debían aceptar a internos en residencias de mayores. También los hizo llegar a los médicos de los centros de salud que atienden pacientes en domicilios para que, en función de determinados requisitos, estos fueran atendidos en sus casas y no los derivaran a los hospitales. El protocolo prevé un aumento del número de pacientes de covid-19 y una "situación excepcional y de catástrofe" y ofrece pautas para "priorizar la asistencia". Recomienda que los pacientes con posible infección y con dificultad para respirar permanezcan en su domicilio y no sean trasladados al hospital dependiendo de su edad y su estado de salud.

El protocolo recomienda "valorar" que sigan en casa los pacientes que cumplan alguno de estos cinco criterios: tener más de 80 años y enfermedad de órgano terminal (insuficiencia cardiaca crónica avanzada, enfermedad obstructiva crónica grave, cirrosis hepática, insuficiencia renal crónica grave) y/o CFS [escala clínica de fragilidad] igual o mayor que 5; estar en una escala clínica de fragilidad de 8-9; tener demencia moderada o grave; padecer un cáncer terminal, o tener cualquier enfermedad y una expectativa de vida inferior a un año. Este nuevo protocolo, que se suma a los ya conocidos en los hospitales, demuestra que estas instrucciones no eran borradores ni se enviaron "por error", como han asegurado las autoridades de Madrid.

En caso de "pacientes con compromiso respiratorio no susceptibles de derivación al hospital", el protocolo señala que se debe "realizar tratamiento sintomático para el alivio y el confort". Este tratamiento consiste en administrar cloruro mórfico y, en caso de que no ceda la disnea (dificultad para respirar), añadir otro fármaco, midazolam. El documento prevé administrar otros medicamentos en caso de fiebre o de "agitación o vómitos". Desde el inicio de la pandemia en Madrid han muerto 897 personas en sus domicilios.

Las siglas CFS, que corresponden al inglés para escala clínica de fragilidad, clasifica del 1 al 9 el estado general de una persona, desde la función normal, en el 1, hasta el 9, que representa la enfermedad terminal. El 5 define a personas "levemente frágiles", que necesitan ayuda para algunas actividades instrumentales (economía, transporte, labores domésticas, medicación), según la guía que incluye el protocolo.
El protocolo señala que, si es posible, "es recomendable que las decisiones sean tomadas por al menos dos profesionales sanitarios", que cuenten con toda la información disponible en el momento "para que dichas decisiones sean las mejores". La comunicación de esas decisiones al paciente y a su familia debe ser "clara, honesta y empática". Y todo el proceso de toma de decisiones "debe quedar documentado en la historia clínica".

José María Molero, médico de Atención Primaria en Madrid y miembro del grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, recibió el protocolo, como el resto de facultativos de los centros de salud. Asegura que "en ese contexto de priorizar atención, era una orientación para la toma de decisiones" y valora que exigiese que al menos dos médicos estuviesen de acuerdo. "Era una recomendación y dejaba abierta la posibilidad de actuar de acuerdo con la misma o derivar al paciente al hospital. No existía limitación si se optaba por la segunda opción", añade. En su caso, no tuvo que decidir si aplicaba o no las recomendaciones. En caso de que se le planteara la situación afirma: "Estoy convencido de que lo hubiese remitido al hospital".

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