La Administración de Trump se muestra reacia a mantener el New Start si China no se suma al pacto que limita la proliferación de armamento nuclear
Estados Unidos y Rusia analizan este lunes en Viena las opciones de extender el último acuerdo de desarme y control de armas nucleares que todavía mantienen ambas potencias. El conocido como New Start expira el año que viene, pero Estados Unidos no parece interesado en extender el tratado firmado por Barack Obama. La Administración Trump insiste en que China también lo firme y participe en un diálogo que durante décadas ha sido bilateral. Pekín lo ha rechazado y mantiene que su arsenal atómico es menor que el de Moscú y Washington. EE UU y Rusia se mantienen cautelosos sobre las opciones de extenderlo, pero si las conversaciones no dan un giro, el New Start será el tercer acuerdo de desarme clave que se liquida bajo la presidencia de Donald Trump en EE UU. Los temores a la carrera armamentística se avivan.
El New Start, firmado en 2010, limita el número de armas nucleares estratégicas de Rusia y EE UU a un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos en aire, tierra o mar. El pacto finaliza el próximo febrero y la mesa de conversación de dos días en Viena tratará sobre su extensión durante otros cinco años. Después de que EE UU abandonase hace casi un año el llamado INF, el tratado de control de misiles de corto y medio alcance, clave en la Guerra Fría, si el New Start desaparece, no habrá límites acordados entre Moscú y Washington sobre la proliferación de armas nucleares por primera vez en casi medio siglo.
El Kremlin lleva meses advirtiendo de que la fecha de expiración del acuerdo está muy cerca y que hay poco tiempo para renegociarlo; se muestra abierto a extenderlo. La Administración Trump se muestra esquiva y recalca que no ha tomado ninguna decisión. Además insiste en la participación de China y también desearía incluir en las condiciones el control de armas no estratégicas y una verificación mucho más estricta del cumplimiento.
"China necesita ser parte de esto: deja de esconderte detrás de la Gran Muralla del Secreto", declaró el enviado especial de Estados Unidos para el Control de Armas, Marshall Billingslea, a finales de mayo en un tuit. "Buscar un gran estatus de poder significa asumir una gran responsabilidad de poder. Sin acumulación nuclear secreta y sin restricciones", añadió. La reunión de Viena será la primera vez que Billingslea, que encabeza la delegación estadounidense, se reúna con un alto responsable ruso. El viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov representa al Gobierno de Vladímir Putin.
Los aliados occidentales están presionando a EE UU para que extienda el tratado New Start. Mientras, el Kremlin insinúa que Washington alude a China porque está buscando excusas para abandonar otro pacto. Advierten de que Moscú está preparada si el tratado expira -"Nunca perderá una carrera armamentística", dicen- y que si el pacto se renueva debe ser rápido, porque según la ley rusa debe ratificarse nuevamente y eso es un proceso largo. Si no se hace ahora puede que después no haya tiempo, avisan.
Si no se renueva sería otro golpe, después del fin del tratado de control nuclear INF y después de que en mayo, la Administración de Trump anunciase que se retira del Tratado de Cielos Abiertos, que permite a Rusia, EE UU y otros 32 países hacer vuelos de vigilancia sobre los territorios, alegando incumplimientos por parte de Rusia como ya lo hizo al apearse del INF. Moscú no descarta que EE UU esté preparando el terreno también para bajarse del Tratado sobre la Prohibición General de Pruebas Nucleares.
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