La última propuesta del Gobierno cuenta con el respaldo de los sindicatos, pero la CEOE lo llevará a su ejecutiva de este viernes. El Gobierno confía en llevar el acuerdo al Consejo de Ministros
La reapertura de la actividad económica
comienza el próximo lunes, y ha llegado el momento de determinar cómo
será la retirada de las ayudas del Gobierno cuando comience la
recuperación. La medida estrella de todas las aprobadas por el Ejecutivo
para combatir la crisis económica ha sido, sin duda, la financiación de
los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo): se llevarán más de 30.000 millones de gasto público
este año y ya afectan a 3,5 millones de trabajadores. Después de una
semana de largas negociaciones, el Ministerio de Trabajo alcanzó a
última hora del jueves un principio de acuerdo con los sindicatos y las patronales para prorrogar la aplicación de los ERTE hasta finales de junio mientras se levantan las restricciones a la actividad económica y el estado de alarma.
El acuerdo tendrá que ser ratificado este viernes por las ejecutivas de
las distintas organizaciones sociales, por lo que todavía no está
cerrado. Es precisamente la ejecutiva de la CEOE, que se reúne el
viernes a las 9:00, quien podría poner los últimos problemas.
La patronal ha sido quien ha tensionado las negociaciones en los
últimos días, ya que reclamaba que las ayudas se mantengan después del
final del estado de alarma para que la retirada de los ERTE sea
escalonada. Cabe señalar que, el objetivo del Gobierno es que los agentes sociales
ratifiquen el acuerdo a primera hora del viernes para que pueda ser
aprobado en el Consejo de Ministros extraordinario y así se
publique en el BOE el fin de semana y esté listo antes de que comience la desescalada.
La propuesta del Gobierno contempla que los ERTE de fuerza mayor se prorrogarán durante toda la fase de desescalada,
hasta el 30 de junio, explican fuentes del diálogo social. Sin embargo,
la prórroga de sus efectos no será homogénea, sino que se aplicará en
función de los sectores y las actividades para que acompañen al ritmo
desigual de la desescalada. En el caso de las actividades que todavía
tengan restricciones a la actividad mantendrán las condiciones actuales
de los ERTE. Por el contrario, las empresas que puedan retomar su
negocio ordinario verán recortadas sus ayudas en las exenciones de
cotización a la Seguridad Social.
El preacuerdo también contempla la posibilidad de extender los ERTE más
allá del 30 de junio, aunque estos casos serán más restringidos. La
intención del Gobierno es que estos ERTE pasen de ser de fuerza mayor a
ser de causas organizativas, económicas o técnicas. Esta diferencia es
significativa, ya que los ERTE de fuerza mayor cuentan con ayudas
públicas que no tienen el resto. En concreto, las empresas cuentan con
una exoneración en la cotización a la Seguridad Social por sus trabajadores del 75%, que asciende hasta el 100% en el caso de las empresas de menos de 50 trabajadores.
Esta ayuda pública supone un gran ahorro para las empresas. Según las
estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal
(AIReF), el coste de esta rebaja de cotizaciones superará ampliamente
los 6.000 millones de euros
durante estos primeros meses de aplicación. La CEOE se resiste a perder
esta ayuda directa en forma de menores cotizaciones sociales, una
situación que ha tensionado las negociaciones en los últimos días.
Para las empresas, es fundamental que se mantengan estas ayudas públicas
mientras se recupera la normalidad económica y que se levanten de forma
paulatina. Solo así podrán estimular la recuperación asumiendo de forma
progresiva nuevos costes salariales. "Es imprescindible contar con las
ayudas públicas a las empresas", explica una fuente de la CEOE.
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