El ministerio pide su opinión a las autonomías para imponer el uso de esta protección más allá del transporte durante la desescalada del confinamiento
La mascarilla ha ido haciéndose cada vez más presente en las vidas de los españoles desde que comenzó la crisis sanitaria. En principio, Sanidad no las recomendaba, las tachaba de "innecesarias", incluso de "contraproducentes". Unas semanas después empezó a recomendarlas, hasta que el pasado 4 de mayo se convirtieron en obligatorias en el transporte público. Esta escalada puede subir próximamente un nuevo peldaño. El ministerio estudia ahora ampliar la recomendación, incluso la obligatoriedad, a la práctica totalidad de los espacios públicos.
En el Consejo Interterritorial de Sanidad del pasado lunes, el ministro Salvador Illa pidió la opinión a las comunidades para recomendar o imponer a todas las personas llevarla cuando salgan a la calle. A preguntas sobre si se plantea esta medida, el ministerio responde que si se toma alguna nueva decisión se informará a la opinión pública, pero que de momento siguen aplicando los protocolos vigentes. Estos son: uso obligatorio en los transportes públicos y recomendado cuando no se pueda mantener una distancia mínima de seguridad de dos metros.
Fernando Simón, que cada mañana ejerce de portavoz de Sanidad, reconoció este martes que entiende que "se ponga sobre la mesa" ampliar el uso de las mascarillas, aunque advirtió de que habría que hacerlo "con mucho cuidado". "Ahora tenemos que sobreactuar un poco, y siempre que sea para prevenir riesgos es aceptable, pero no todo el mundo la puede usar de la misma manera, no todo el mundo la puede llevar de forma prolongada. A lo mejor no hay problemas si lo hacen unos minutos en el metro o el autobús, pero más tiempo puede generar problemas a personas con ansiedad, EPOC o cualquier restricción respiratoria importante, también a los niños más pequeños", explicó.
Si se plantea ampliar el uso de mascarillas es porque en las primeras salidas, con las medidas de relajación del confinamiento, se ha comprobado que en muchos espacios públicos es prácticamente inviable mantener la distancia, incluso al aire libre. Francisco Linde, del equipo de Neumología del hospital Quirón Salud de Málaga, explica que como mantener los dos metros es casi imposible cuando se sale a la calle y cuando se hace ejercicio, recomienda usarla incluso en estas circunstancias y pese a las molestias que pueden generar al hacer deporte: "Como no hay competiciones y la mayoría de las personas no tienen que preparar pruebas, es preferible que lleven mascarilla, aunque sea a costa de bajar la intensidad".
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