La Organización Mundial de la Salud recomendó evaluar el riesgo de las grandes reuniones de personas y autorizarlas solo cuando se aplicaran estrictas medidas de seguridad
Un documento que no había trascendido hasta ahora arroja nuevas dudas
sobre la gestión de Moncloa en los primeros días de la crisis del coronavirus. Al menos, hasta la declaración del estado de alarma. La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el 14 de febrero una alerta con "recomendaciones clave" para evitar contagios de covid-19 en eventos masivos.
Ni el Ejecutivo ni las delegaciones del Gobierno en las comunidades
autónomas tuvieron en cuenta los consejos durante los días siguientes,
incluido el fin de semana del 8-M, en el que se celebraron manifestaciones por todo el territorio nacional con motivo del Día de la Mujer, Vox organizó un congreso en Madrid con 9.000 asistentes y se disputaron partidos con público de todas las disciplinas deportivas.
La nota de la OMS advirtió desde sus primeras líneas de que la celebración de reuniones masivas podía tener "serias consecuencias para la salud pública" si no eran diseñadas y gestionadas cuidadosamente. "Hay abundantes pruebas de que las aglomeraciones pueden amplificar la expansión
de enfermedades infecciosas", aseguró el organismo internacional, del
que España es miembro (hay un embajador permanente en Ginebra que ejerce
de enlace con esta institución). "La transmisión de infecciones
respiratorias, incluida la gripe, ha sido frecuentemente asociada a las
aglomeraciones (…) El propósito de este documento es resumir algunas
consideraciones clave para los organizadores de eventos masivos en el
contexto del nuevo brote de coronavirus", expuso el documento.
Por un lado, la OMS
pidió a las autoridades nacionales que hicieran un "exhaustivo análisis
del riesgo" de cualquier concentración de personas antes de
autorizarla. "Para eventos muy visibles o particularmente grandes, la
OMS puede proporcionar asesoramiento y asistencia técnica a las
autoridades nacionales para ayudar a evaluar los riesgos de salud
pública asociados al evento". No consta que el Gobierno ni, en
particular, el Ministerio de Sanidad
solicitaran información o ayuda al organismo internacional. De hecho,
el 7 de marzo, el director del Centro de Coordinación de Alertas y
Emergencias, Fernando Simón, descartó
que la manifestación del día siguiente implicara algún tipo de peligro
porque no era "una afluencia masiva de personas de zonas de riesgo". "Si
mi hijo me pregunta si puede ir, le diré que haga lo que quiera", expresó Simón.
Dentro de la evaluación del riesgo, la OMS pidió incluir un análisis de
las "características específicas" del evento, como la densidad de la
aglomeración; el tipo de contacto que podía producirse entre los
participantes; si al acto asistirían únicamente personas que se hubieran
registrado previamente; si los asistentes eran de una profesión especialmente expuesta con anterioridad al virus; la edad de los manifestantes, y el medio que utilizarían para desplazarse hasta el acto.
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