viernes, 29 de mayo de 2020

Médicos residentes a 3,6 euros la hora

Cerca de 50 facultativos denuncian que su nómina se ha reducido notablemente mientras han ido a trabajar a los hospitales durante la emergencia
María Carrera, de 27 años, médica residente de tercer año en Barcelona, no dio crédito cuando vio su última nómina. Desde que estalló la pandemia, ella, como sus 55 compañeros de la Unidad Docente-Barcelona Ciudad del Instituto Catalán de la Salud (ICS) aparcó su trabajo en el ambulatorio y las guardias rotatorias para ayudar en los hospitales. Su sueldo base ronda los 900 euros y lo completan con las horas de guardia. Su sorpresa fue ver con la nómina en la mano cómo el precio de las mismas en fin de semana se mantiene en 17,75 euros la hora, pero las de entre semana han pasado de 15 a 3,6 euros. "Ha sido humillante", dice dolida. El ICS alega que al suprimirse las guardias todas las horas son jornada ordinaria y que los 3,6 euros son solo un plus por horario nocturno o festivo.

Cerca de 50 médicos residentes de Barcelona, que trabajan en el hospital del Sagrat Cor, en el del Sant Pau y 2 de Maig han tenido un problema similar. El de la Vall d’Hebron es una excepción: no cambió los turnos de los residentes y su salario no se ha visto mermado. Los del Sagrat Cor enviaron este martes una carta a su unidad docente. "Pagar 3,6 euros es vergonzoso. Sabe a castigo", dice indignada Carrera. Un portavoz del ICS asegura que han contactado con el hospital para buscar una solución y esgrime que pagan a los residentes en función de los datos que les proporcionan. El Vall d’Hebron es el único de los centros propiedad del ICS.

Ataviados con la bata y las mascarillas, una docena de médicos se concentraron este martes ante el ICS para explicar su queja. María Carrera, por ejemplo, dice que un residente puede cobrar 1800 o 1900 euros y ha podido perder entre 200 y 300. Jordi Mota, residente, estima que ha percibido 500 euros brutos menos y su compañero, Abraham Mate, en torno a 450.

Tras estallar la crisis de la covid-19, el grupo aparcó su rutina y su sistema de guardias: 24 horas los fines de semana y entre semana de 15.00 a 8.00. Desde entonces, se organizaron en un calendario equitativo para trabajar en turnos de 12 horas: dos días de 8.00 a 20.00; otros dos, de 20.00 horas a 8.00, y dos de libranza. Fuentes del ICS alegan que con esa reorganización todas las horas se convirtieron en jornada ordinaria y que si se superaban las fijadas en el contrato se compensan con 3,6 euros (de noche o fin de semana). Su lectura es que son médicos en formación y que asumen como salario consolidado guardias cuando no forman parte de él. Y que su sueldo no se ha reducido.

"No es un plus. Es un menoscabo. Nunca pensamos en cómo nos pagarían ni en las condiciones", cuenta Carrera. Llueve sobre mojado por la precariedad de un colectivo que ha trabajado en muchos casos sin material adecuado y con la agravante de que, expuestos al coronavirus, si coge la baja por enfermedad cobra solo el sueldo base. Es el caso de la médica Patricia Díaz: cobró 1.000 euros menos en marzo por la baja, y en abril, con los turnos, 700 menos.

El grupo que ya ha regresado a su vida laboral previa a la crisis y teme que la situación se repita en otoño con un eventual repunte. "La covid-19 ha sido un punto de inflexión", dice Carrera, con la voz rota, recordando el estrés y la carga emocional vivida. "Hemos puesto en peligro nuestra vida, las de nuestros familiares y hemos ido a trabajar sin preguntar. Fue duro. Llegabas a casa, te duchabas e intentabas el mínimo contacto. Dormir y vuelta a empezar". Y acaba: "La sanidad se saturó. Hay situaciones que no se nos borrarán nunca y no sé cómo se superan".

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