jueves, 14 de mayo de 2020

Los gastos de la pandemia dejan un agujero de 400 millones en los fondos para Defensa

"Si esto no se arregla, tendremos que plantearnos parar el Ejército durante uno o dos años", advierte un alto mando
El coronavirus ha tenido en España un dramático coste en vidas humanas (más de 27.000 muertos) y ha causado una gravísima crisis económica que empieza a mostrar su peor cara. Además, a las Fuerzas Armadas, casi unánimemente aplaudidas por su implicación en la lucha contra la pandemia, les ha dejado un agujero de unos 400 millones de euros (hasta el 50% de los fondos previstos para el sostenimiento de armas y equipos) que puede comprometer su operatividad a medio plazo. "Si esto no se arregla, tendremos que plantearnos parar el Ejército durante uno o dos años", advierte un alto mando.

La financiación de las Fuerzas Armadas se nutre de tres fuentes principales: el presupuesto del Ministerio de Defensa, los créditos de Industria para nuevos programas de armas y el llamado Fondo de Contingencia. Este último es una partida, equivalente al 2% de los Presupuestos Generales del Estado, que sirve para atender imprevistos y gastos sobrevenidos a lo largo del año.

Salvo una parte incluida en el presupuesto ordinario (310 millones), la mayor parte del coste de la participación de las Fuerzas Armadas en misiones internacionales de la OTAN, la UE o la ONU (15 en la actualidad) se sufraga con cargo a este fondo. Los 1.100 millones previstos este año no solo sirven para pagar los sueldos de los militares que participan en ellas (más de 2.500 en enero pasado) sino también para financiar todos los gastos necesarios para poner a punto a las unidades antes de enviarlas al extranjero. El hecho de que los presupuestos ordinarios fueran menguantes ya antes de la crisis económica de 2008 ha llevado a que la mayor parte de las inversiones necesarias para sostener las Fuerzas Armadas –es decir, los gastos de mantenimiento y renovación del material—se hayan financiado hasta en un 70% con cargo a ese fondo.

En circunstancias normales se trataba de una práctica presupuestaria poco ortodoxa, pero se ha vuelto insostenible cuando el Estado ha tenido que hacer frente a gastos inesperados.

A finales del año pasado, la gota fría o DANA que azotó el levante peninsular agotó anticipadamente el fondo de contingencia y las Fuerzas Armadas se quedaron sin recibir la última de las entregas previstas con cargo al mismo: unos 200 millones de euros. El problema se ha multiplicado con la irrupción del coronavirus, ya que sus recursos se han consumido sobradamente en los primeros meses del año.

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