Lastra, Ábalos, Illa, Rufián, Vilalta y Jové negocian para devolver a los republicanos a la mayoría
El Gobierno quiere rehabilitar su alianza con ERC y para ello ha recuperado la comisión que la negoció y permitió la investidura de Pedro Sánchez. Ese grupo, compuesto por Adriana Lastra, José Luis Ábalos y Salvador Illa, por PSOE y el Gobierno, y Gabriel Rufián, Marta Vilalta y Josep María Jove, por ERC, se ha reunido dos veces de forma telemática en los últimos días para recuperar ese acuerdo, según fuentes de la negociación. El primer paso sería lograr la abstención de ERC en la prórroga del decreto de alarma, pero la idea es volver a reforzar el acuerdo para consolidar la mayoría y empezar a pensar en la posibilidad de negociar los Presupuestos, aunque para eso aún queda tiempo porque la votación clave llegaría en octubre.
El Gobierno quiere consolidar su mayoría para enfrentarse con más garantías a la pandemia y a la crisis económica que está provocando, ante la evidencia de que la oposición del PP y Vox ha optado por una batalla sin cuartel incluso en la prórroga del estado de alarma. A la vez que se produce está negociación, Carmen Calvo habla con el hombre fuerte de ERC y vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, que también mantiene contactos esporádicos con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El grupo de seis elegido no es casual. Lastra y Rufián son los portavoces parlamentarios de sus respectivos partidos, que llevan a diario la negociación en el Congreso ley a ley, mientras que Ábalos e Illa, ministros de Transportes y de Sanidad, respectivamente, son secretarios de Organización del PSOE y del PSC. Vilalta es la secretaria general adjunta de ERC y persona de confianza de Marta Rovira, y Jové es un hombre clave del entorno del líder, Oriol Junqueras. Se le consideró el cerebro del procés por la agenda Moleskine que se encontró en su casa y aún está imputado.
Lo que se está negociando estos días en esa comisión de tres y tres son cuestiones económicas y de una mayor cogobernanza en la desescalada, pero encima de la mesa también está un asunto clave para ERC: la recuperación de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat que quedó suspendida por el coronavirus después de una única reunión. No se está hablando de recuperarla ahora, según fuentes de la negociación, porque la prioridad es la batalla contra el virus y tanto el Gobierno central como la Generalitat están centrados en eso y, además, con acuerdo de momento: el Ejecutivo catalán, al contrario que el madrileño, ha sido muy cauteloso y no ha pedido que Barcelona pase a la fase 1 ni siquiera para la próxima semana. Pero sí se ha planteado en esa comisión negociadora la posibilidad de volver a activar esa mesa de diálogo en cuanto acabe la desescalada, tal vez en el mes de julio. ERC mantiene una tensión permanente con Junts per Catalunya que dificulta su apoyo al Gobierno, pero la apuesta tanto del PSOE como de los republicanos por entenderse para consolidar la mayoría es de fondo.
La posibilidad de que haya un adelanto electoral en Cataluña en cuanto Quim Torra sea inhabilitado por el Tribunal Supremo inquieta a ERC y complica las cosas, pero la intención del Ejecutivo es consolidar este acuerdo de la investidura para enfrentarse con más garantías a los próximos meses, que serán duros por la crisis no solo sanitaria sino también económica y con la oposición del PP y Vox cada vez más dura.
El primer paso es lograr al menos con una abstención en la votación del miércoles para la prórroga de un mes del estado de alarma. El Ejecutivo ha insistido varias veces, en especial la vicepresidenta, Carmen Calvo, que está capitaneando los contactos con todos los grupos, en que no hay cambio de socios. El Gobierno y el PSOE dan la bienvenida a Ciudadanos, que apoyó la última prórroga y está dispuesto a volver a hacerlo, pero hablan de "ampliar la mayoría" y no de cambiar a ERC por Ciudadanos.
Aunque hay debate interno sobre este asunto, varios miembros del Ejecutivo consultados señalan que sería muy difícil que Ciudadanos sustituyera a ERC como socio estable también para aprobar los Presupuestos, porque hay muchas discrepancias con la formación de Inés Arrimadas en cuestiones clave como la política fiscal y porque pactar con ellos implica tener problemas con otros socios, como el PNV. Por eso el Ejecutivo sigue trabajando para que ERC no abandone la mayoría y vuelva a la negociación. De momento se está hablando del estado de alarma, porque la votación clave de los Presupuestos, la de las enmiendas de totalidad, en la que ERC sería imprescindible o habría que negociar con Ciudadanos para sustituirla, no llegaría hasta octubre.
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