El sistema educativo afronta el salto a una enseñanza mixta presencial y "online" muy lastrada por la anterior crisis. CC OO calcula que el próximo curso exigirá 4.000 millones adicionales
El curso que viene, el sistema educativo deberá afrontar un complejísimo salto a un nuevo modelo mixto presencial y online si se acaban aplicando las normas de distanciamiento físico que el Gobierno estudia con las comunidades autónomas, que prevén limitar probablemente a 15 el número de alumnos que pueda haber en un aula. Y va a tener que hacerlo cuando todavía no se había recuperado, en términos de profesorado e instalaciones, de la crisis anterior.
"La pandemia golpea a un sistema educativo debilitado por los recortes, que supusieron la pérdida y envejecimiento de plantillas, e implicaron no invertir lo necesario en infraestructuras y nuevas tecnologías", expresó Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras. El primer sindicato del ámbito educativo por número de delegados está ultimando un informe sobre los fondos que necesitará el sistema para encarar con garantías el próximo curso. El cálculo, como otros en la pandemia, marea: son 4.000 millones en personal, infraestructuras y equipamiento informático. De ellos, más de la mitad deberían destinarse, según el sindicato, a contratar profesorado, para que sea posible simultanear las clases físicas y online, y atender a los alumnos que han resultado más perjudicados por no haber ido al colegio este último trimestre.
La inversión educativa anual se sitúa ahora en el 4,1% del PIB, casi un punto menos que hace 10 años (cada punto del PIB supone alrededor de 10.000 millones de euros). Y esa caída, que en los años más duros de la pasada crisis llegó a ser mayor, se ha ido acumulando a lo largo de la última década, dijo García.
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