martes, 7 de mayo de 2019

Demolieron el lujoso petit hotel de María Julia Alsogaray

La ex polifuncionaria de Carlos Menem había comprado la propiedad de la calle Junín mientras estaba en la función pública con fondos ilícitos
Del lujoso petit hotel en Recoleta que perteneció a María Julia Alsogaray ya no queda ni la sombra de lo que fue. Las tareas de demolición avanzaron a toda máquina en los últimos meses y este lunes terminó de ser destruido por completo.

Hasta el pasado viernes, del edificio solo seguían en pie una parte de su otrora preciosa fachada de estilo francés y partes de paredes interiores. Del resto de la construcción, ya nada sobrevivía. Este lunes por la mañana un grupo de operarios con maquinaria terminó de demoler todo. En el frente, en la vereda, ajeno a la destrucción, reverdeció un olmo que hace 10 años lucía muerto.

La demolición hace sospechar que puede ser cierto nomás un rumor que corrió en esa parte de Recoleta durante años. Que existió una puerta secreta que conectaba el petit hotel (ubicado en Junín 1435) con el edificio lindero (Junín 1441), donde Alsogaray había comprado departamentos para sus hijos. Se adivinan vestigios de esa posible abertura, ahora tapiada, en la medianera.

El palacete, de 930,76 metros cuadrados, había sido adquirido por la corrupta ex polifuncionaria menemista en 1991. La propiedad, distribuida en seis plantas, tenía mármoles de Carrara, pisos de roble de Eslavonia, gimnasio, pista de baile y un jardín andaluz.

Los que la recorrieron hace unos años en una inspección judicial recuerdan que en un cuarto de la casona quedaban vestigios de cámaras frigoríficas especialmente acondicionadas para conservar los tapados de piel de Alsogaray, fallecida en 2017 y que había sido sentenciada por enriquecimiento ilícito y administración fraudulenta, entre otros delitos.

María Julia Alsogaray y su hogar ahora tirado abajo fueron íconos de la corrupción menemista. Suena a paradoja, pero al igual que su adquisición en 1991 la demolición del inmueble ahora quedó sospechada de alguna irregularidad.

La ONG "Basta de Demoler" buscó frenar la demolición, pero no lo consiguió por más que una ley establece que toda propiedad construida en la Ciudad antes de 1941 no puede ser tirada abajo, intervenida ni ampliada sin una previa evaluación que determine si la construcción es un patrimonio histórico. Para las autoridades no mereció protección.

"Por sus características debía ser protegida, por eso presentamos el amparo judicial. Había patrimonio histórico que cuidar. Desde lo simbólico parecía predestinado el lugar. Lo adquirieron de manera irregular y fue demolido de manera irregular. Repitieron el mismo proceder", dijo a Clarín el abogado Juan Manuel Di Teodoro, quien representó en la presentación judicial a la entonces comunera Gabriela Castillo.

La mansión, comprada y refaccionada por completo por Alsogaray en 1991, se levantaba en la calle Junín 1435, entre Peña y Pacheco de Melo.

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